Esta semana que termina fue de estudio intenso, sobre todo con el proyecto de investigación. Y también ha sido una semana de cierta preocupación con relación a la fecha límite de este trabajo, porque el tiempo lo siento muy ajustado y quisiera leer más de lo que puedo a fin de generar un documento más estructurado. La fecha límite del 30 de mayo la veo muy cerca y apenas estoy terminando el primer capítulo.
El primer capítulo recoge una selección de autores y posturas en torno a cómo ha sido investigado y reflexionado el problema de la comunicación y las nuevas tecnologías en la organización. Había encontrado dos autores que eran una buena base para "agarrarme" y estructurar esta parte de mi trabajo, pero al ir un poco al fondo de esos autores, por ejemplo en la bibliografía que ellos citan, encontré incoherencias y vacíos difíciles de llenar. Luego intenté acercarme a algunos trabajos que son citados en sus bibliografías para clarificar y contar con elementos adicionales, pero el caos fue mayor. Lo que los autores decía de ellos no correspondía con lo que yo leía. También encontré que varias obras que se citan no están en las bases de datos académicas ni en las bibliotecas digitalizadas como Google Books, donde a veces se pueden leer partes de los libros. Son libros que solo se consiguen en bibliotecas en los Estados Unidos. Al final, ha sido necesario realizar ajustes de forma para tapar los vacíos de contenido.
Por supuesto que el problema no se puede quedar así, aunque por ahora, no hay el tiempo ni los recursos para solucionarlo. Quedará pendiente, de cara a la Tesis Doctoral. Y es que aquí tengo una gran ventaja, que tengo cierta claridad sobre qué voy a hacer mi tesis doctoral, y algunos capítulos del presente trabajo serán ampliados en la tesis. Esto quiere decir que habrá oportunidad de llenar el vacío que queda ya descubierto.
La preocupación también viene de otra situación: a veces el avance en la escritura es demasiado lento. Me siento, pienso, medito, escribo, borro, corrijo, releo, y luego de dos horas, si hay tres párrafos buenos es mucho. En ocasiones, no tan frecuentes, fluye un poco más y en una hora escribo dos hojas.
Este es por ahora el panorama que enfrento en este trabajo intelectual. Aunque, una aclaración: en el fondo, siento alguna satisfacción y cuando reviso lo que he aprendido, aunque puede ser poco, resulta valioso, y entiendo el significado de este lento proceso de trabajo con la mente, los libros y la escritura. Quizás los inconvenientes le añaden sentido adicional a lo que estoy haciendo.
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