Sigue lloviendo en Madrid y hasta con algo de nieve ligera. Este invierno ha estado mucho más frío y lluvioso de lo normal y algunos en broma dice: menos mal que hay calentamiento global. Alguien en el ascensor del edificio me dijo al más divertido: "se han equivocado, lo que hay es enfriamiento global". Pues en lo que respecta a Madrid, parece que así es.
El asunto es que los fines de semana no he salido mucho a las afueras esperando a que mejore el clima. Pero, hoy decidí no esperar e irme para Ávila. El pronostico era un grado de máxima y nieve todo el día. Al final, hubo nieve en la mañana y la máxima no supero los 4 grados.
Ávila está en tren a más o menos hora y media de Madrid, y es la ciudad más alta del país 1330 mts. s.n.m. En el trayecto pasamos por una zona de montaña que además de estar completamente blanca, soportaba un temporal de nieve. En Ávila estaba más suave el temporal.
Esta ciudad, como todas por acá, está llena de historia. Tiene una muralla medieval que encierra todo el centro y que es realmente imponente. Lo primero que hice cuando la vi, fue darle la vuelta completa. Son 2,6 kilómetros. En la mitad del camino me salí de la ruta para subir a un lugar llamado cuatro postes donde se divisa una buena parte de la muralla.
Luego recorrí algunas de sus calles y visité iglesias. En todas cobrarn la entrada, pero ya me di cuenta que si uno espera hasta el final de la tarde, que hay misa, se puede entrar y conocerlas. Así lo hice pus mi tren regresaba en la noche.
De este turismo religioso dominical, destaco la visita a las reliquias de Santa Teresa de Jesús: sus sandalias, escapulario, un pedazo de ropa, una cruz de madera hecha con un pedazo de su casa natal, y su dedo anular con anillo y todo. Si, no se asusten, un dedo momificado, de color verdoso, que para nada me pareció muy inspirador, por más que provenga de una Santa. Creo que con la majestuosidad de las iglesias y de la arquitectura, es más que suficiente para transmitir religiosidad. Bueno, son estilos, para mí con el arte basta para expresar la espiritualidad, pero supongo que a algunos vienen exclusivamente a ver este tipo de cosas y se sentirán bendecidos; cuestión de sensibilidades.
sábado, 6 de marzo de 2010
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