Después de un letárgico fin de semana, sin muchos afanes, y más bien poco productivo, la semana empieza con una dinámica diferente. Voy al despacho de Antonio Lucas y a leer no que no leí el fin de semana. Empiezo con Immanuel Kant sobre la pregunta a qué es la Ilustración. 3 horas para un texto de cuatro cuartillas… Mmm. No sé. Qué no sé note el oxido mental. Pero bueno, al final algo extraño sucedió… lo disfrute. En este texto se evidencia que Kant se ocupó salir delo que él llama la minoría de edad. Qué complicado resulta descubrir que no solo hay una minoría de edad cronológica sino también psicológica, y lo que es peor, intelectual. Dejémoslo ahí. No quiero añadir otro tema para darle vueltas a la cabeza.
Luego de resumir a Kant y esperar a que lo haya entendido, el día ha terminado, llega la hora de comer. Hay comida vegetariana a pocas cuadras del despacho de Lucas, con gimnasio y cancha de paddle tennis. Antonio programa los dos planes para el futuro: interrumpir el ejercicio intelectual por el físico. ¡Programado para la próxima semana!
Después de comer descubro otro parque en Madrid. Caminamos con Antonio para cruzar las dos cuadras que nos separan del restaurante a su despacho (un leve desvío) y de vuelta al ejercicio de la mente.
Ahora es el turno para Hannah Arendt (no le digan a nadie que no la había oído nombrar nunca. Si llega a enterarse Aina López de eso, puedo perder el curso de Sociedad de Masas). No lo encuentro tan denso, pero igual la lectura es lenta…, lenta… muy lenta. Inicio a hacer el resumen y bueno, creo que no está tan mal.
De vuelta a casa, Metro línea 6, Metro línea 1, estación Valdeacederas y a lavar ropa. Qué cambio, ¿no?
lunes, 25 de enero de 2010
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