Se llegó la hora de mi primer y único examen. De pasarlo, me había dicho José Anontio Ruiz, el profesor, que daba el curso (Institucionalización de la opinión pública) por aprobado. En el proceso de estudio me sucedía algo extraño: que luego de leer los apuntes y releer las lecturas que habían sido asignadas, que ya entendía bastante bien. Sin embargo, cerraba los ojos y trataba de repetir con palabras lo que había entendido, y nada, no me salía ni media frase. Qué tal que no entendiera entonces.
Así las cosas, memorice algunas ideas básicas. Pero inlcuso en este caso, a veces trataba de recordarlas y se me borraban: eso de volver a ser estudiante después de los 40 tiene sus inconvenientes. Pero bueno, lo importante es que eso no sucedió en el examen. Una de preguntas concretas en las que la memoria podía ayudar al menos a organizar las ideas apareció. Esta vez, las recordé con cierta facilidad. En general creo que en el examen me fue bien, aunque creo que si se notará mi poco dominio de los temas. El vocabulario a veces se me queda corto.
En la tarde tuve clase de nuevo con Aina López. Esta mañana vi que nos había enviado ayer una nueva lectura. Intenté sacarle tiempo a horas del almuerzo para avanzar, pero no fue posible. Llegué en blanco a clase pero afortunadamente no hubo inconveniente por que el envío estuvo muy encima. Ahora vamos a leer de Tocqueville un aparte de su obra La democracia en América. Por más que este curso es el más exigente, me he sentido a gusto, siento que las neuronas se revuelcan un poco en mi cabeza y me dicen: ¿qué estás pensando? Eso no lo habías pensado antes. Creo que resulta un buen ejercicio para despertar alguna que otra de esas vagabundas que andaban dormidas.
Luego del día de estudio, y como para variar, me fui de concierto. Este fue ahora en la Iglesia de San Ginés, ubicada en el centro de Madrid. EL concierto forma parte del ciclo de música sacra que ya mencione en un post anterior y del que reseñaré otros en el futuro.
Esta vez la música fue medieval, la mayoría del compositor Johannes Cicconia (1370-1411) y anónimos del Codex Faenza, una colección de obras también del siglo XIV. El grupo, español, se llama Tritonus y está compuesto por una cantante, dos violas de mano y una flauta. Asistir resultó muy interesante, primero porque hace mucho que no oía algo de esta música, y segundo porque la arquitectura de la iglesia y el lleno total le dieron una mística especial, a pesar de lo difícil que resulta el repertorio, pues la sonoridades ya son bastantes lejanas y la variedad tímbrica y melódica es más reducida.
Otro asunto positivo es que ha sido el primer concierto donde pude sacar mi cámara y tomar fotos y hasta hacer un video (la foto anterior es de mi autoría). En la mayoría de las salas de conciertos está prohibido por razones diversas, entre ellas porque se considera una especie de robo a la propiedad intelectual. Solo los organizadores del concierto tiene derecho a usufructuarse del evento que han llevado a cabo.
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1 comentario:
Creo que todo lo que has aprendido sobre política y reformas electorales lo puedes aplicar a la caída del referendo reeleccionista que se a tí te entristece pero a mi me alegra.
Ahora, hablando de las neuronas, ¿crees posible que yo aprenda algo de música antigua con este curso acelerado que estoy recibiendo por internet?
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