lunes, 22 de febrero de 2010

La música emerge en todas las esquinas, hasta en el estudio

Se acerca mi primer examen. Mañana tengo la primera, y única prueba de este tipo. En los demás cursos que estoy tomando no hay un examen como tal sino un trabajo final. El examen es parte del curso de Institucionalización de la Opinión Pública que tomo con José Antonio Ruiz San Roman. Por ende, hoy he estado todo el día leyendo y tratando de recordar los conceptos fundamentales. La falta de familiaridad con el tema lo hace un poco más complejo.

Temprano en la mañana, había estado en la Policía para obtener la tarjeta de residencia como estudiante por un año. El trámite no fue muy largo, y a más tardar en un mes, tendré el documento que me permitirá estar en España hasta el 12 de enero de 2011. Bueno, sólo lo necesitaré hasta el 12 de julio, fecha en la que terminará mi estancia inicial en Madrid.

Volviendo al estudio, se concentró en dos partes: la ley electoral española y un artículo sobre críticas y ventajas de la concepción institucional de la opinión pública. Una de las tareas a hacer era, a partir del análisis, proponer algunas propuestas de cambio para la ley electoral. Claro, como no soy abogado, me cuesta y hasta me parece atrevido el ejercicio, pero como si soy músico,  pues entonces a ponerle un poco de creatividad al asunto y bueno, vamos a ver mañana si se me fue la mano en la creatividad.

Y ya que volvemos a hablar de música, esta mañana me encontré en una de las estaciones del metro con una excelente programación para las próximas semanas del XX Festival de Arte Sacro con un calendario de conciertos muy amplio, buena porción de música antigua y muchos de los conciertos gratuitos. Ya lo preveo: el Blog crecerá en entradas sobre conciertos barrocos. 

Y crece desde hoy mismo, porque acabo de llegar de un concierto que me resultará inolvidable. Un grupo recientemente conformado, llamado Orfeo 55, dirigido por la Contralto Nathalie Stutzmann. El programa por entero fue Antonio Vivaldi. Inlcuyó tanto conciertos para cuerdas, el famoso Stabat Mater, y unas no tan conocidas cantatas profanas.

Vivaldi no deja de sorprenderme. Estas cantatas de temas de amor ni me las hubiera imaginado en un compositor que fue sacerdote. Ahora entiendo mejor por qué alguna vez le prohibieron oficiar la misa. Una de las cantatas se llama "Qual per ignoto calle", y un aparte del texto dice:

Soy ese viajero
que voy buscando en ti
hermosa mía, amor y fidelidad,
y solo encuentro, oh Dios
dureza y crueldad.

La verdad no me imagino a Vivaldi dirigiendo una obra como ésta. Pero lo que sí hay que reconocer es que en ella, su maestría se evidencia mayor que la que surge con sus composiciones más populares.

Otro tema para mencionar, es que este fue un concierto muy atípico, porque Nathalie es contralto. No es frecuente una contralto como solista en este repertorio que usualmente es cantado por contratenores (hombres). El timbre resulta al comienzo un poco difícil, pero poco a poco la sonoridad se va comprendiendo. Además, ella desde su posición de solista dirigió las obras que cantó, y también las instrumentales.

A pesar de que la sala (Sala de Cámara del Auditorio Nacional de Música) estaba a medias, los aplausos finales fueron muy sonoros. Como resultado, lo "bises" fueron tres: "Ombra mai fu" de Haendel, y un par de arias del mismo corte profano, con una orquestación muy vivaz y excelente interpretación, una de ellas toda en pizzicato para la cuerda.

Para ilustrar mejor, dejo un fragmento del Stabat Mater, escogido de entre las múltiples versiones que hay en You Tube:

1 comentario:

María Cristina Ocampo-Villegas dijo...

¿Propuesta sobre la ley electoral española? y tienes tarjeta de residencia por un año.
Algo no anda bien.