Hoy tenía la primera clase con Jose Antonio Ruiz, pero estaba enfermo la canceló. Le hice un par de preguntas sobre las lecturas y se marchó. Bueno, yo era el único que se presentó a clase. Me dejó nuevas lecturas, y a mí me viene bien tener más tiempo para leer por mi cuenta y trabajar en mi proyecto de investigación.
Hoy probé comer algo diferente y me fui para la cafetería de la Facultad de Ciencias de la Infomración. Es muy activa. Además grandísima y tiene un toque divertido (lo mínimo para una facultad con 10.000 estudiantes). Me llamaron la atención las máquinas en las que pagas lo que quieres comer, y te sale un recibo para reclamar lo que compraste. No hay cajeros. Es un poco desordenada, y aquí si parece que estoy en una universidad pública ,como las nuestras (en muchos lugares no se nota, como en la mayoría de los salones). Dentro de las curiosidades de la cafetería está que puedes compar cerveza y Wisky. Eso es lo que yo llamo "modernidad", ja, ja.
Por la tarde tuve la primera clase con Aina López, la profesora con la que no había podido hablar, hasta esta mañana. El nivel es bien teórico y en esta clase salió a relucir todo el bagaje filosófico/sociológico/cultural de los europeos, y más aún, por encontrarnos en una universidad y en un departamento de sociología. Yo me alancé a sentir en el lugar equivocado, sobretodo porque nuestras universidades están más centradas en el hacer que en el pensar. No entendí mucho de lo que se hablaba pues por razones ya explicadas no hice las lecturas. De hecho me costó tomar apuntes. No sabía que escribir. La profesora al final nos reclamó a varios que la clase es un seminario y que debemos participar (en esta clase somos 6 cinco estudiantes, la más numerosa de todas). Una compañera le respondió que si no sentíamos que teníamos nada que aportar era mejor quedarnos callados. Para mis adentros opiné lo mismo. Necesito un whisky para no pensar en mi ignorancia.
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